Las grietas del “Plan Aguantar”

La efectividad de Sergio Massa está en duda y queda claro que el objetivo es simplemente llegar a las elecciones del año que viene.

Sergio Massa Foto NA



BUENOS AIRES (NA). — Esta semana hemos visto cómo el “Plan Aguantar” propuesto por el Gobierno ha mostrado sus primeras grandes grietas de consistencia. La efectividad de Sergio Massa está en duda y queda claro que el objetivo es simplemente llegar a las elecciones del año que viene. Un plan económico consistente y sostenible en el tiempo resulta aún una gran deuda pendiente que no parece que vaya a saldarse en lo que queda del mandato de Alberto Fernández”.

El viernes el gobierno fue al mercado en búsqueda de dos objetivos: refinanciar vencimientos y conseguir además financiamiento extra para afrontar los gastos de aquí a fin de año. Los vencimientos oscilaban los 165.000 millones de pesos y las necesidades para lograr cerrar el año fiscal y cumplir con las metas de emisión monetaria rondan los 530.000 millones de pesos. El único objetivo conseguido fue el primero: solo se logró correr vencimientos pagando claro tasas siderales. El resto de las necesidades del Tesoro parecen no querer ser cubiertas por el sector privado. El 28 de noviembre es el nuevo test que deberá afrontar el Gobierno donde nuevamente intentará dar el salto hasta una nueva posta de vencimientos.

“Estos días también ha dado muestras de agotamiento el esquema cambiario. Exceptuando dos jornadas donde el Banco Central de la República Argentina se hizo de 5 y 3 millones de dólares respectivamente, lo cierto es que en los últimos 20 días el organismo tuvo que desprenderse de algo así como 1.200 millones de dólares. El “dólar soja” ha quedado atrás y la merma en las reservas muestran la debilidad y fragilidad de las reservas internacionales. Se viene un nuevo “dólar soja” o al menos un dólar diferencial para que ciertos sectores se animen a liquidar lo que aún no han liquidado. La falta de un programa económico, las dificultades de la economía para hacerse de insumos y materias primas importadas y un sobrante de pesos que poner presión sobre los tipos de cambio hacen que el coctel resulte explosivo. Tampoco dejaron de ser noticia los dólares financieros: parece que muchos decidieron escapar definitivamente del peso”.

También fueron noticia los pasivos remunerados del BCRA. Las Leliqs y pases superaron los 9 billones de pesos ($9.000.000.000.000), una gran bomba de tiempo que nadie sabe bien como desarmar. Hoy en los bolsillos de la gente y los cuantas a la vista hay 4,2 billones de pesos. Un paso en falso que empuje a los ahorristas a retirar sus depósitos en pesos implicaría un desarme de Leliqs y pases que podrían catapultarnos a índices de inflación mucho más virulentos de los que estamos acostumbrados.

Las dificultades son múltiples y los desafíos enormes. Lo que llama la atención es que más allá de lo que el Gobierno transmita, no parece que nadie esté pensando seriamente en una Argentina más allá del 2023″.

Análisis por Manuel Adorni

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