Antártida Argentina: ¿cómo es la provisión de alimentos?

La flota que encabeza el rompehielos ARA Almirante Irízar parte hacia el Sector Antártico Argentino para relevar personal y proveer de raciones a quienes trabajan entre bases, laboratorios y campamentos.

Abastecimiento Comando Conjunto Antártico Foto gentileza ED



La Argentina administra siete estaciones de modo continuo en la Antártida y otras seis de manera temporaria, es decir, solamente durante el verano. De las 13, dos operan bajo la órbita de la Cancillería, mientras que el Ministerio de Defensa conduce las demás.

Las dos primeras son la base permanente Carlini y la temporaria Brown. Las once restantes incluyen las permanentes Orcadas, Marambio, Esperanza, San Martín, Belgrano II, Petrel así como las temporarias Melchior, Decepción, Cámara, Primavera y Matienzo.

Bases, laboratorios y campamentos

En torno a las estaciones permanentes funcionan los Laboratorios Antárticos Multidisciplinarios (LAMs), donde profesionales de distintas áreas obtienen y remiten datos de los diferentes proyectos científicos que dirige el Instituto Antártico Argentino (IAA).

Entre otras tareas, los LAMs registran datos sismológicos que contribuyen a redes mundiales de monitoreo, así como datos geomagnéticos y de la Alta Atmósfera que permiten predecir fenómenos solares, como aquellos que perjudican los sistemas de posicionamiento global o “GPS”.

Todos los años, se abre una convocatoria para sumar personal a los laboratorios. Las personas interesadas deben atravesar una serie de rigurosos exámenes que determinan si podrán participar de una permanencia de unos trece meses en territorio antártico.

Durante el verano, los equipos de investigación también montan campamentos en un radio de hasta 100 km de Base Marambio, desde donde parten a bordo de un avión o helicóptero. Por razones de seguridad, cada grupo debe contar con un mínimo de tres integrantes.

Las labores que se realizan en los campamentos se asocian con la geología, paleontología y glaciología. Para su desempeño, además de las carpas resultan clave los generadores eléctricos, el instrumental científico, los equipos de comunicación y por sobre todo, los víveres.

La importancia de la alimentación

La empresa a cargo de desarrollar el aprovisionamiento alimentario de las bases, LAMs y campamentos antárticos es Nutrire, una de las empresas de Grupo L, quien movilizará un total de 106.600 toneladas de comidas dentro de su plan de distribución de raciones para la campaña de verano de 2023 en el Sector Antártico Argentino.

“Entre la última parte de este año y la primera del próximo, bases de gran valor estratégico como Esperanza y Marambio requirieron de un plan que contempló raciones en torno a las 28.000 y 26.000 toneladas, respectivamente”, revela Mariano Gomar, Gerente Coordinador de Operaciones y Logística de Grupo L.

En su campaña anual más reciente llevó 2.563 kilos de arroz, 6.990 kg de azúcar, 1.157 kg de café molido, 4.370 kg de yerba y más de 36.000 kg de diferentes tipos de harina. En materia de productos líquidos, se encuentra transportando más de 36.000 lt de leche larga vida y unos 22.000 lt de gaseosa, entre diversas variantes.

El Rompehielos y el aprovisionamiento

El RHAI es una nave de 121,3 m de eslora que recientemente fue recuperada tras una década de inactividad. Traslada dos helicópteros Sea King a bordo y la acompañan buques de apoyo y de transporte, como el ARA Canal de Beagle.

La flota se despliega en aguas antárticas entre estos días de diciembre y marzo de cada año, tras varios meses de preparativos. Los helicópteros se encargan del relevo del personal y del aprovisionamiento de las bases.

Durante los 120 días de viaje, el papel del RHAI resulta preponderante en cuanto a logística, ya que además de trasladar unas 300 personas, carga una gran parte de las comidas que les permitirán subsistir a lo largo de la travesía oceánica y la posterior campaña antártica.

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