La intendente Gloria Ruiz, de emergente imagen en Plottier se prepara para ratificar el rumbo de su gestión con un sello renovado y ya sin el lastre del peressinismo, que por estas horas agitó su tropa para activar un operativo retorno, o por lo menos intentarlo, con la billetera del MPN.
El blindaje vecinal de Ruiz, sumado al colchón de obras con fondos municipales le ha dado un giro a una ciudad y ha demostrado que con poco (solo la recaudación municipal y una atrasada coparticipación, que no se corresponde con el número actual de habitantes) le sobra para opacar varios años de gestiones intrascendentes en Plottier.
Como señal de esta marcha, se escucharon hoy las declaraciones del presidente del Concejo Deliberante, Claudio Pinilla, quién se quejó por la falta de acompañamiento a lo que produce el Concejo Deliberante y se refirió a la falta de regulación del cupo trans como un tema de estado, pero nada dijo de las demoras que ocasionan perjuicios millonarios para la ciudad por falta de tratamiento, en un deliberante que sesiona dos veces al mes.
Y como habían denunciado oportunamente dos concejales de una oposición que juega al oficialismo, todo lo que pueda dar un rédito para el ejecutivo municipal, sea o no, en beneficio para la ciudad, se frena o no se trata.
Todo ocurre en un legislativo a la carta del ex intendente y actual legislador Andrés Peressini, que aún conserva carteles en las esquinas avisando a los vecinos que cuida a la ciudad. Por estas horas, otra casualidad política.
Pero lejos de las chicanas, tres hechos de inseguridad encendieron las alarmas durante los últimos días. Si bien Plottier padece el tema de la seguridad de larga data, afectaron en esta oportunidad directamente a un hermano de la actual intendente.
Fueron tres hechos seguidos, en la misma semana: primero el robo en su casa, un día más tarde, le apedrearon los vidrios del domicilio y finalmente le robaron la camioneta que apareció a las horas y según trascendió, tras una comunicación directa de Ruiz con la policía.
Si bien no hubieron declaraciones oficiales al respecto, de comprobarse cierta intencionalidad, sería más que preocupantes porque nos hacen retroceder décadas a una forma de hacer política que pensábamos ya desterrada.
